Llega la excusa favorita del año para poder permitirnos auténticas barbaridades en las comidas y cenas.
Hemos olvidado que en navidades lo importante es el encuentro y la reunión de amigos y familiares, compartir nuestras experiencias, viajes, preocupaciones, alegrías, recuerdos en común… Porque nuestra sociedad relaciona las celebraciones con el atiborrarse de comida y bebida.
¿Cómo podemos divorciarnos de estas ideas? ¿Qué podemos hacer para comer de forma más saludable en estas comidas? ¿Es bueno compensar saltándonos la cena después de una gran comilona? ¿Si vamos a comer mucho en navidad, es mejor no desayunar? Seguir leyendo