Son baratas, nutritivas y saludables. Sin embargo, por mi experiencia tras preguntar a muchísimas personas a lo largo de 10 años qué es lo que comen, las legumbres en general, brillan por su ausencia.
“Es que me dan gases” “me hincho cuando las como”, son algunos de los motivos por los que algunas personas las evitan. Deberíamos valorar cada caso, pero debemos acostumbrarnos a que algo de gases, es normal tener. Algo de fermentación en nuestro intestino es alegría y salud para nuestras bacterias.
Recordemos que somos seres que transportamos bacterias, es decir, tenemos más bacterias en nosotros (intestino, boca, piel…) que células propias de nuestro cuerpo.
Cabe decir tener gases o sentir hinchazón no debe ser incómodo, doloroso ni limitante. En este caso, deberíamos valorar qué es lo que sucede intestinalmente de la mano de un médico digestivo.
Dicho todo esto, me gustaría recordar los beneficios de consumir este grupo de alimentos que aconsejamos consumir entre 3 y 4 veces por semana:
- Pueden ayudar a reducir el riesgo de cáncer colorrectal.
- Ayuda a prevenir la hipertensión arterial, el riesgo de padecer enfermedad isquémica del corazón y reducir los niveles de LDL.
- Consumirlas a diario puede ayudar a la pérdida de peso.
- Ayuda a ahorrar, que la compra ahora sale muy cara. Además de baratas son saciantes, sabrosas, ricas en proteínas y fibra y saludables.
- Nos ayudan a reducir el consumo de carnes al aportar proteínas vegetales (necesitan menos agua que la ganadería, producen menos gases de efecto invernadero, etc.).
En la gran familia de las legumbres podemos incluir: Lenteja (verde, roja, pardina, beluga, caviar…), garbanzos, alubias o judías blancas, soja (verde, tofu, soja texturizada, en brotes, edamame…), frijoles, azuki… (Más pobres nutricionalmente hablando, también podemos incluir los guisantes y las habas).
Y ahora si que al grano, vamos a por las 4 recomendaciones que te pueden ayudar a tolerarlas mejor.