El mensaje “debemos consumir dos litros de agua al día” diseñado por los anunciantes de agua mineral embotellada, ha calado hondo en muchas personas, e incluso hay profesionales de la salud lo recomiendan de forma habitual. ¿Es totalmente cierto o esconde intereses económicos?
Si vives acompañado de una botella de litro y medio de agua al día, te la llevas a todas partes con el fin de acabarla, o procuras beber agua Bezoya este post es para ti.
¿Todos debemos beber 2 litros de agua?
Ni dos personas son iguales, ni tienen las mismas necesidades ni sus recomendaciones de agua tienen porqué ser las mismas.
Según las *Recomendaciones de Bebida e Hidratación para la población Española de la revista de nutrición clínica y dietética hospitalaria, un adulto sano, con una actividad física moderada y a una temperatura ambiental media debe tomar entre 30 y 35 ml/Kg de peso de agua al día.
Por ejemplo, un adulto de 50 kg debería tomar entre 1,5 y 1,75 litros al día o uno de 80kg entre 2,4 y 2,8 litros al día.
Además del peso se deben considerar factores:
- La edad y situación de la persona: Sobretodo niños, embarazadas, lactantes y ancianos.
- El estrés.
- La temperatura ambiental.
- El ejercicio físico (intensidad, duración, adaptabilidad, sudoración, temperatura del lugar, etc).
- Estado de salud: enfermedades como la diabetes, episodio de vómitos o diarreas, quemaduras…
- El consumo de alcohol.
- Los fármacos como broncodilatadores, fenitoína, teofilina, laxantes y diuréticos.
- Algunas discapacidades pueden reducir la percepción de sed o la accesibilidad al consumo de agua.
El agua de los alimentos también cuenta
No solo el agua contiene agua.
*Se considera que un 20% de nuestras necesidades de agua las incorporamos a través de los alimentos que ingerimos. El 80% restante de diferentes líquidos.
¿Y cuáles son los alimentos más ricos en agua? Nuestras grandes amigas, las insuperables, las insustituibles… ¡Frutas, verduras y hortalizas! Aquellas que nos deberían acompañar al menos 5 veces al día.
También hay que tener en cuenta las infusiones, cafés, zumos naturales, caldos, lácteos y bebidas vegetales.
Tú mismo con tu organismo
¿Echas en falta los zumos del súper o de dietética? ¿Y los refrescos? ¿Y la cervecita y el vinito?
Son de esas bebidas que nos podríamos permitir muy de vez en cuando, los zumos son ricos en azúcares y nutritivamente no tiene nada que ver con una pieza de fruta entera. Y lo mismo pasa con los refrescos, incluso los acalóricos (tipo ZERO) se asocian a un mayor consumo de alimentos y bebidas dulces.
Es muy importante reeducar el paladar con buenos hábitos.
El alcohol no nos hidrata, todo lo contrario. Seguro que después de una noche de copas, recuerdas el estado de tu boca y garganta al despertar por la mañana: Seco. ¿Y entonces qué te pide el cuerpo? Agua.
La sed y la deshidratación
*La sed es el deseo de beber inducido por razones fisiológicas y conductuales resultante de una deficiencia de agua que nos permite recuperar sus pérdidas de fluidos durante cortos períodos de tiempo.
Es la señal infalible de que debemos beber, pero mi opinión es que debemos prestarle una mayor atención. Me refiero a que desconectamos con facilidad, nos distraemos con la televisión o el trabajo y olvidamos prestar conciencia a nuestras necesidades. Del mismo modo que comer mirando la tele nos hace descuidar nuestra sensación de saciedad, hasta el punto en el que ya se relaciona directamente éste hábito con el aumento de peso.
La deshidratación es estado difícil de alcanzar siempre que comamos bien y nos vayamos hidratando. En un nivel del 2,8% de deshidratación la concentración, el rendimiento físico, la memoria a corto plazo y el tiempo de respuesta se reducen. Las cefaleas y la sensación de cansancio aumentan.
Si te sientes fatigado o con falta de concentración y hace un buen rato que no bebes, prueba con tomar un vaso de agua. Puede ser suficiente sin necesidad de consumir cafeína.
¿De mineralización muy débil? ¿Y la del grifo?
El agua nos aporta minerales de forma natural, si no tenemos ninguna patología por la que tengamos que medir los minerales (por ejemplo, una disfunción renal) no hace falta que sea de mineralización débil.
“Bezoya: quédate con lo bueno de la vida”. ¿A caso los minerales son malos? ¡Yo no me desharía de ellos!
Hay una teoría interesante, que recomienda ir variando las marcas de agua, ya que el origen de cada una de ellas es diferente y la composición también lo es. Así conseguiremos diferentes minerales sin abusar de ninguno. No sé cuán válido es esto, pero me parece algo curioso.
De todos modos quiero recordar que el agua es un bien escaso y que no hay agua más “ecológica” y “rentable” que el agua del grifo, también rica en minerales, y somos de los pocos afortunados en el mundo que tienen tan fácil y privilegiado acceso al agua potable. Sé que según la zona, no es lo más sabroso del mundo. Pero creo que igualmente, es algo que deberíamos considerar.
El agua del grifo tiene mala fama, si buscas en internet encontrarás que provoca mil enfermedades, pero ¿está demostrado? ¿No será para que compremos más agua embotellada? Te recomiendo este enlace. ¡Y ahí lo dejo!
¡Hasta la semana que viene!
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