NutriConsejos

¿Cómo reeducar el paladar?

9 junio, 2016

¿Tienes costumbre de echar mucha sal a los platos? ¿Acompañas todo con salsas? ¿No consigues renunciar a productos muy sabrosos pero nada saludables? ¿Crees que comer sano sabe a poco? ¿No concibes un día sin un bollito o un bocadillo de embutido? Hacía tiempo que no hablaba del que puede ser tu gran aliado en el camino hacia una alimentación más saludable: La palatabilidad.

¿Qué es la palatabilidad? Es la cualidad de ser grato al paladar de un alimento.

¿Es cierto que la textura, el color, el sabor y el olor del alimento lo hacen más o menos sabroso? .

¿Es cierto que el alimento es el único responsable de tener mucha palatabilidad? NO.

palatabilidad

¿Puedo conseguir que esto deje de gustarme tanto?

Alrededor del 70% de productos que encontramos en el supermercado no son saludables, son productos que debemos evitar (algo sobre lo que ya hemos hablado algunas veces) pero el problema está en que nos hemos habituado a su consumo, a esos sabores tan dulces, tan salados, tan grasientos y tan… manipulados.

Los alimentos con una elevada palatabilidad estimulan el apetito y además reducen la sensación de saciedad, lo que contribuye una ingesta excesiva. Fuente https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/11054585?dopt=Abstract

Por lo tanto, no solo nos aportan muchas calorías e ingredientes que no nos hacen ningún bien, sino que además nos hacen perder la sensación de saciedad y comer más, lo que me recuerda al dicho:

“Cuantos veo, tantos quiero; y si más viera, más quisiera”

Si crees que no puedes vivir sin comer embutido, bollos, galletas, Nutella, Cacaolat, bizcochos, patatas fritas, snacks o lo que sea, hoy tengo buenas noticias: Tu paladar puede cambiar.

La palatabilidad de un producto no solo depende de él, también depende de la persona, de los hábitos alimenticios, las técnicas culinarias, la educación, las experiencias (al tener una mala experiencia con un alimento se puede generar una aversión), el apetito, la hora del día, las condiciones ambientales y sociales, etc…

Podemos cambiar los hábitos y reeducar nuestro paladar para que nos ayude a hacer elecciones más saludables.

Basado en hechos reales

La periodista estadounidense Eve O. Schaub, tras conocer los efectos del azúcar en el organismo, decidió que junto a su familia dejarían de consumir azúcar durante un año. En el momento que la familia tomó la decisión estaba convencida de que al acabar el año se lanzarían a por el dulce.

sin azucar

Eve con su familia.

Según ella, los primeros meses fueron duros, echaron de menos el dulce, pero declaró que al final sus paladares cambiaron y que los productos dulces empezaron a saber distinto y al cabo de un tiempo acabaron resultando incluso desagradables.

Conoce más sobre esta historia aquí.

¿Cómo cambiar la palatabilidad?

No hay reglas establecidas, no hay un protocolo y está claro que cada persona es un mundo. Lo que sí he vivido son muchas transformaciones de paladares, cambios hacia la absoluta inapetencia de productos salados, dulces y muy procesados.

La verdad es que estas modificaciones son secundarias, es decir, las personas vienen a la consulta con el fin de mejorar su alimentación, hacen pequeños cambios semana tras semana, empiezan a renunciar a ciertos productos o a sustituirlos por otros saludables y a controlar las cantidades de azúcar, sal y grasas. Y poco a poco, su paladar se reeduca, los productos procesados empiezan a ser saladísimos, asquerosamente dulces, empalagosos o simplemente ni apetecen porqué han descubierto que no les sentaban bien.

Me atrevería a decir que un cambio de paladar puede mejorar la adherencia de una dieta saludable a largo plazo, así que he creado unas pequeñas pautas que te pueden ayudar a cambiar tu paladar y renunciar a aquellos alimentos perjudiciales que tanto cuestan eliminar de la dieta.

  • Concienciación y cambio de hábitos

En primer lugar sé consciente de la importancia de una buena alimentación, la industria alimentaria ha hecho con nuestros paladares lo que ha querido y nos ha acostumbrado a «sabores antinaturales». Conocer qué alimentos son saludables, cuáles no lo son y comprender el porqué es esencial para iniciar el cambio hacia una alimentación más sana.

Una vez lo comprendas, es bueno interiorizarlo para tomar con gran seguridad y firmeza la decisión de comenzar a prescindir de alimentos y hábitos perjudiciales.

Recuerda que siempre puedes pedir ayuda, y aunque la alimentación parezca algo básico y vulgar sobre lo que muchísimas personas toman cualquier tipo de decisión por si solas, pedir ayuda a un Dietista – Nutricionista te puede ayudar a tomar mejores decisiones y puede darte herramientas para facilitar el proceso.

Un gran paso es empezar a renunciar a los alimentos procesados, dejar de comprarlos, y llenar tu nevera, congelador y despensa con materias primas.

  • Lectura de etiquetas

Si algún producto te llama lee su etiqueta, tienes algunos ejemplos en otros posts como este.

Fíjate tanto en los ingredientes como en la composición nutricional y haz una valoración.

  • Esfuerzo

Renunciar a algo que te gusta para consumirlo ocasionalmente o bien alejarlo completamente de tu dieta es algo difícil, sobre todo los primeros meses (aunque depende de cada persona). Por eso es importante que seas muy consciente del porqué haces el esfuerzo y que sientas que es una decisión importante para ti y para tu salud.

  • Control del apetito

Como ya hablamos aquí, el hambre es el peor acompañante en el camino hacia una alimentación saludable. Nos hace perder la cabeza y nuestro estómago decide por nosotros, así que es mejor comer varias veces, controlando lo saludables que son los alimentos que comemos, que esperar a tener mucha hambre y que la situación nos supere.

Es importante diferenciar el placer de la palatabilidad de un alimento con el placer de comer algo y saciar el apetito, no es lo mismo. Al tomar un producto con mucha palatabilidad tendremos muchos números de perder el control sobre la sensación de saciedad, sin embargo, comer un alimento saludable no solo nos beneficiará porqué detectaremos de forma más eficiente que ya estamos saciados, sino que además estaremos desplazando la posibilidad de consumir un producto que no debemos.

  • Cocinar: Descubrir, reinventar y disfrutar.

La alimentación es determinante en nuestra salud, eso es indiscutible, por lo tanto debemos cuidarla más, darle una mayor prioridad, dedicarle más ganas y más tiempo. Cocinar nos ayuda a cuidar más nuestra dieta, a sentirnos más responsables y comprometidos con nosotros mismos e incluso a divertirnos.

Una de las claves para comer mejor es experimentar en la cocina con materias primas, reinventar platos, conocer nuevas recetas, ir a clases de cocina… Y sobretodo, DISFRUTAR.

Conclusiones

  1. Cambiando hábitos alimenticios y con esfuerzo al inicio, podrás mejorar tu alimentación y renunciar a aquellos alimentos insalubres que son tu debilidad.
  2. Sé consciente del gran papel que tiene la alimentación en tu salud, dedícale más tiempo, más cuidados y disfruta cocinando y reinventando tus recetas.
  3. Dos claves para mejorar la alimentación son: Controlar el apetito con alimentos saludables y no comprar aquellos productos que debemos evitar.
  4. Comer sano no es monótono, aburrido, ni soso. Al contrario, puede ser de lo más palatable, es cuestión de hábitos, motivación y aprender a disfrutar con alimentos saludables.

 

 

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5 Comments

  • Reply Gema 9 septiembre, 2019 at 1:30 pm

    Pues según lo que cuentas mi paladar es difícil de educar, las verduras enteras las he intentado comer durante años, pero en vez de hacérseme el paladar a ellas, he acabado aborreciendolas, sólo tolero la ensalada, el tomate, el brócoli y las cremas. No tolero los sabores amargos ni picantes. Mi paladar se ha hecho a otros alimentos que no sé si son sanos: arroz guisado, fideos guisados, carne en salsa, ensaladilla rusa, puchero, berza (un cocido de judías verdes con garbanzos), atún encebollado y también añadí a mi comida sardinas, boquerones y marisco. Yo antes sólo comía pasta y fritos, las comidas calientes me las comía a regañadientes

  • Reply Alegría 8 julio, 2016 at 9:46 am

    ¡Absolutamente cierto! Yo antes tomaba el café solo con 4!!!! cucharaditas de azúcar, de hecho me solían decir que sería mejor si echaba el café en el azucarero.

    Ahora no tomo NADA de azúcar ni edulcorantes. Hasta el té negro lo tomo solo «a pelo». Sólo le quito un poco el amargor al café con unas gotas de leche vegetal (sin azucares añadidos por supuesto). De hecho ahora el café/infusiones con azúcar no me gustan nada. Y el proceso de «adaptación» fue rapidísimo.

    • Reply Ana Amengual 8 julio, 2016 at 5:16 pm

      Quiero felicitarte por haber conseguido dejar de añadir azúcar y edulcorantes a tus cafés e infusiones. Es un gran hábito el que has cambiado, es normal que ahora encuentres todo lo que lleva azúcar añadido terriblemente dulce, y eso es un gran punto a tu favor. De nuevo ¡Enhorabuena!

  • Reply Silvia 10 junio, 2016 at 10:12 am

    Enhorabuena!!!! Me siento muy identificada. Recuerdo que antes mi alimentación era más monótona. Decidí modificarla y ahora me encuetro mejor conmigo!!! Ahora disfruto elaborando recetas que encuentro en los blogs de cocina y de compañeros!!! La ventaja de ser nutricionista sirvió para que en sólo un mes, reeducara el paladar.

    • Reply Ana Amengual 10 junio, 2016 at 10:42 am

      ¡Muchísimas gracias por tu comentario Silvia! No hay nada como disfrutar en la cocina y además ser nutricionista jeje. ¡Un saludo!

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