Hoy quiero reflexionar sobre el tema de pesarse.
Subirse a la báscula es un gesto sencillo que podemos hacer sin apenas pensar, sin embargo a algunas personas ver el resultado puede cambiar su estado de ánimo, su humor y afectar a su autoestima e incluso a sus relaciones.
Se despiertan por la mañana con ganas, recordando todo lo que quieren hacer a lo largo de ese día: saltan de la cama, hacen un primer pipí y mientras disfrutan del momento se les ocurre la gran idea: “aprovecho que estoy en ayunas, me acabo de levantar y que ya he hecho pis para pesarme”.
Así de fácil. Se suben a la báscula y patapámmmmmmmmmmm ¿Pero como puede ser? Pero si estoy comiendo superbién, no me acuerdo ni de la última pizza que comí y los donuts… ¡bueno es que ni los huelo! ¿Qué demonios le pasa a mi cuerpo?
La cara se torna extraña, ceño fruncido y la mala ostia sube de los pies a la cabeza como la espuma. Y ya está, ya tienen la actitud y el humor de mierda necesarios para tener un día de perros.
- Y ahora te pregunto ¿Enserio vale la pena pesarse? ¿Cuándo te pesas, te cambia el humor? ¿Cuándo te pesas qué te dices a ti mismo/a? ¿Te castigas, te entristeces, te etiquetas, te culpabilizas, te victimizas? ¿Qué pasa en el momento que te pesas?
En el fondo ya sabemos más o menos en que peso rondamos, y en función de cómo están siendo nuestros hábitos, ya podemos hacernos una ligera idea de por dónde van los tiros. ¿Lo importante es el número? ¿Es importante el peso? ¡NO! Lo importante es el hábito, en consecuencia vendrá todo lo demás.
Si tienes ansiedad y estás comiendo más de lo habitual es muy probable que subas de peso.
Si estás en un momento de “caos” y desorganización en tu alimentación y no estás siguiendo unos buenos hábitos, tu peso también puede subir. Pero el tuyo, el mío, el del vecino y el de cualquiera. ¿Pesándote crees que te haces un favor?
Muchas personas me dicen en consulta: “Ya sé que el peso no es importante, pero para retomar los hábitos buenos, el pesarme y ver que he subido es la “colleja” que necesito para espabilar y volver a vigilar lo que como”.
Esta reflexión me parece tóxica. Personalmente odio las palabras VIGILAR, CONTROLAR Y SIMILARES.
La relación melocomotodo- peso- restricción o dieta estricta- ansiedad- melocomotodo – peso- restricción… En nuestra sociedad es un estilo de alimentación muy común. Personalmente creo que es una relación con la comida muy tensa, genera un conflicto constante con el peso y las dietas que puede durar toda la vida, lo que se aleja mucho de lo que es un estilo de alimentación saludable. A pesar de que la persona tenga grandes conocimientos sobre alimentación saludable y se ponga “a dieta” de vez en cuando.
Si te sientes identificado/a con estas palabras, te invito a dejar los blancos y negros a un lado, el “me pongo a dieta” a “me como todo lo que pillo”. Crea una gama de grises en tu relación con la alimentación, cambia la rigidez por la flexibilidad.
¿Qué es una alimentación saludable? Si algo he aprendido en consulta es que no es la típica definición que nos enseñan en la universidad o que podemos encontrar en internet. Engloba muchísimas cosas pero siempre parte de UNA RELACIÓN SANA CON LA COMIDA. Y para lograrla es importante tener una relación sana con nosotros mismos, nuestro cuerpo, con nuestro entorno, cuidar nuestra autoestima, gestionar el estrés…
Otro factor importante es la CONEXIÓN CON NUESTRO CUERPO. Desde la inteligencia emocional (identificar, aceptar y trabajar las propias emociones) hasta aprender a comer de forma consciente (conectar con los sentidos, volver a disfrutar al comer, sentir la sensación de plenitud /saciedad/ hambre real vs hambre emocional…).
Después de esto vienen los CONCEPTOS Y APRENDIZAJES SOBRE ALIMENTACIÓN SALUDABLE, como comer vegetales y frutas a diario, legumbres como mínimo 3 días a la semana, moderar el consumo de ultraprocesados, etc.
LOS NÚMEROS NO TE DEFINEN (no te definen como persona, no dicen nada de ti), es un número circunstancial (y no debería alterar tu relación contigo mismo/a). Es preferible que te fijes más en la ropa, cinturones, cremalleras… ¿Sientes que aprietan más o estás incrementando de talla? No pasa nada.
Desde tu autoestima y el autocuidado valora los 3 conceptos que he puesto en negrita y mayúscula sobre qué define la alimentación saludable.
En los dos primeros conceptos puede ayudarte mucho mucho pero que mucho, un/a psicólogo/a que se dedique a la psiconutrición.
En el tercer aspecto es dónde entramos los dietistas-nutricionistas, y como tal, mi consejo en esta situación es que:
1) Anotes todos los días lo que comes durante 15 días.
2) Analices como ha sido tu alimentación y te propongas pequeños objetivos:
¿Cuántas frutas estás comiendo al día? ¿Estás comiendo vegetales en comidas y cenas? ¿Con qué frecuencia tomas legumbres? ¿Y carne roja…?
En el caso que, por ejemplo, veas que en toda la semana solo has comido fruta 2 días, proponte como objetivo comer 4 días a la semana.
En este artículo tienes más información sobre conceptos de alimentación saludable.
Haz una valoración de cómo estás comiendo. Si crees que comes de forma saludable pero tu VOLUMEN (QUE NO TU PESO) no se acaba de regular puedes pedir ayuda a un dietista-nutricionista para que te asesore.
4 Comments
Me ha encantado el artículo Ana, es tan importante la psicología…gracias!
muy buenos tips siempre le paso tu web a mis pacientes. (soy dermatologa)
un abrazo
Jimena
¡Excelente artículo!
¡Muchísimas gracias Pedro!